viernes, 21 de agosto de 2015

ENTIERRO RADIAL TEOTIHUACANO en ZAZACUALA


En Hidalgo

ENTIERRO RADIAL TEOTIHUACANO en ZAZACUALA

municipios de Tulancingo, Santiago Tulantepec y Cuautepec de Hinojosa

Por Gloria Valencia Vargas

 

 

La zona arqueológica de Zazacuala es un caso dramático de destrucción y abandono; destrucción de los pobladores que la habitan y abandono de los funcionarios  municipales de Tulancingo, Santiago Tulantepec, Cuautepec e INAH Delegación Hidalgo quienes están prestos para hacer rescate arqueológico y después destruir. Así, grandes templos y diversas construcciones prehispánicas  son demolidos.

       De esta enorme ciudad Teotihuacana, comparada por su extensión con Cantona en el Estado de Puebla por el arqueólogo Ricardo Martínez Magaña, espera que por lo menos, sea rescatada una “zona mínima a resguardar”. En entrevista Martínez Magaña indicó:

   “El departamento de Registro Arqueológico tiene un dato por ahí  bastante grande, la cifra no la tengo en mente pero sí es muy grande, muy, grande…”

      Uno de los hallazgos más importantes en el Valle de Tulancingo  el Entierro radial de Tulancingo escrito por Florencia Müller  del cual transcribimos:

        “Este trabajo fue el resultado del estudio sobre  el Entierro Radial Teotihuacano encontrado durante la construcción del Ruedo Charro en el Pedregal de Santiago Tulantepec, a dos y medio kilómetros al sur de la ciudad de Tulancingo, Hgo.

        Este entierro fue descubierto en parte por las excavaciones clandestinas de Santiago Tulantepec, el 15 de septiembre de 1955, y acabado de excavar por la autora y el Profr. César Lizardi Ramos del 19 al 25 de septiembre del mismo año.  

     Lo interesante de este entierro múltiple con su rico mobiliario funerario, fueron los datos que se obtuvieron con su estudio. Parece que originalmente  contenía los restos óseos primarios  de entre 14 y 18 personas, colocados radialmente alrededor de una gran olla-urna que contenía los restos de un entierro secundario con dos cuentas de piedra verde; además, los entierros primarios estaban separados el uno del otro por una hilera de piedras, y junto a la olla – urna estaba la estatua del Dios del fuego teotihuacano… “

       En otro capítulo de este cuaderno, el César Lizardi Ramos escribe sobre el Dios del Fuego:

       “Presidiendo la ceremonia fúnebre con  que se enterraron los restos de un personaje principal, rey acaso  o sumo sacerdote, y los 14 o más individuos, que tal vez fueron inmolados para que lo acompañaran o sirvieran en el más allá, estaba la efigie del Dios del Fuego, típicamente teotihuacana.

           Hecha de Piedra caliza, la estatua presenta las características de los braseros teotihuacanos con el que representa al Dios Viejo…

   Ofrece una semejanza muy notable con las que se conservaban en el antiguo museo de la Zona Arqueológica de Teotihuacán  y que Batres halló  durante las excavaciones de 1905…  como en casi todas las efigies – brasero de esta clase que conocemos la escultura del pedregal tiene mucho carácter… “  

¡Cuanta riqueza se encuentra esparcida en este espacio tan grande que es Zazacuala!, cuantos beneficios  llegarían vía turismo si  una parte de esta gran zona se rescatara!

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